Habilidades Blandas

La sociedad actual está enfrentando una serie de dificultades en el ambiente laboral que tiene que ver con la formación que se le da al educando y futuro profesionista tanto en el hogar como en la escuela, especialmente al profesionista que ingresa al ámbito laboral donde se requiere la convivencia dentro de un grupo de personas bajo conceptos de diferencias de pensamiento, asertividad, aceptación y liderazgo para el alcance de algún objetivo. 

Los empleadores demandan de profesionales competentes tanto en habilidades duras como blandas, es decir, que combinen el saber hacer con el saber ser y saber convivir. 

Por esa razón cuando los alumnos de la educación superior egresan y se integran a un ambiente laboral se enfrentan a un cargo empresarial donde han de poner en practica sus conocimientos técnicos o las competencias duras o Hard Skills que les permitan desempeñarse de una forma óptima en su trabajo, muchas veces su preparación no es congruente con el ejercicio de su profesión. 

Para que una persona tenga un desarrollo integral no basta solamente con el conocimiento que puede aprender, tiene la necesidad de un complemento de habilidades que le permitan comunicarse, tener control de sus emociones, confianza en sí mismo, buenas relaciones interpersonales, trabajo en equipo, comunicación efectiva; a esto se le llama habilidades blandas o Soft Skills.

Paradójicamente, el uso de diversas aplicaciones tecnológicas que permiten comunicarse entre sí, no implica dominar las habilidades socioemocionales necesarias para la interacción en situaciones reales. Por tal razón la inteligencia emocional es un reto desde la educación básica hasta la superior.

La sociedad con sus cambios, transformaciones e innovaciones constantes produce mucha variación en las instituciones como son: La familia, el trabajo, la iglesia, la pareja, el género, el estado, los partidos políticos, la sociedad civil. Todo esto impacta en la forma de ser y de pensar del ser humano.

Esto nos hace poner interés en preparar a las nuevas generaciones con una educación para la vida; que debe responder a las necesidades sociales, como son: los problemas de estrés, anorexia, autoestima, depresión, violencia, delincuencia, sida, suicidio, consumo de drogas, conducta sexual sin protección e irresponsable. 

Es entonces urgente prevenir situaciones como estas debido a su constancia en la vida del estudiante, no sólo en la etapa académica sino también en el ambiente laboral, ya que se tornan incapaces de regular sus emociones de manera eficaz.   

Por lo tanto el proceso enseñanza-aprendizaje debe contribuir a la formación integral del estudiante y para ello el currículum debe ir orientado hacia el conocimiento (saber hacer), los sentimientos, las emociones (saber ser) de tal manera que fomente las relaciones que le permita una buena convivencia y por lo tanto la participación efectiva en el desarrollo de la sociedad; aportando profesionistas integrales. 

Griselda Chagoya Rinza